Fomentar el empleo, el crecimiento y la inversión es una de las principales prioridades de la Unión Europea. Paralelamente a este objetivo, la Comisión Europea considera que el espíritu emprendedor es una herramienta poderosa para que Europa consiga crecer de nuevo y aumentar los puestos de trabajo sin crear una nueva deuda.
Los emprendedores sociales y las empresas sociales son el motor para el cambio y operan sobre la base de modelos de negocio viables. Las empresas sociales desarrollan enfoques, modelos o prácticas innovadoras para resolver los retos sociales de forma emprendedora, para fomentar de manera conjunta un desarrollo económico y un cambio social, socialmente justo y ambientalmente sostenible. Sus operaciones económicas cubren un amplio espectro de actividades (incluyendo, en particular, la integración social y económica de los servicios a desfavorecidos y excluidos, servicios sociales de interés general, la reducción de emisiones y residuos, o la producción de energía renovable).
De este modo, las empresas sociales pueden contribuir a alcanzar los objetivos de Europa 2020 para el empleo, la innovación, el cambio climático y la sostenibilidad, la energía, la educación y la inclusión social.
Pera la puesta en marcha de una empresa social sigue encontrándose un obstáculo importante: la falta o el limitado acceso a la financiación, que asegure su sostenibilidad y crecimiento. El sistema de financiación para este tipo de empresas está poco desarrollado en relación al utilizado por otras empresas y la demanda de capital por parte de empresas sociales no se cubre en la mayor parte de Europa.