Ayer en El Hueco nos hicimos una foto de familia con una cámara fabricada en 1917, o sea que tiene 95 años. El fotógrafo fue Santiago Farizano y los fotografiados el grupo de personas que le acompañó en la inauguración de su exposición en nuestra sede.
La cámara casi centenaria era una Brownie, una máquina inventada por la casa Kodak que revolucionó la fotografía a principios del siglo pasado. Nació el concepto de instantánea, tan familiar ahora. Sacar fotos ya no era un asunto de profesionales con caros equipos. La Brownie estaba al alcance de todos por su precio asequible y por su facilidad de uso. Había llegado la fotografía de masas.
El Artista Invitado de El Hueco hasta el próximo 16 de noviembre empezó a coleccionar estas ‘reliquias’ hace algo más de un año. Hasta el momento tiene tres, que ayer fueron las protagonistas del pequeño acto de apertura de la muestra.
De hecho, como ya os contamos ayer, la expo de Farizano muestra algunos de los trabajos de sus ‘brownie series’, instantáneas tomadas con las citadas cámaras. Bueno, lo mejor es que te pases por El Hueco a ver la muestra. El horario es de 10 a 14 horas, y de 16.30 a 19.30, excepto los días que celebramos algún acto.
¿Y por qué se llaman así estas máquinas de fotos? Fue uno de los temas de conversación entre los que estuvieron ayer con nosotros. ¿Era Brownie el apellido del inventor? ¿Tiene algo que ver con los famosos pastelillos que llevan el mismo nombre?
Pues no. Los brownies eran unos duendecillos (los de la foto de arriba) salidos de la imaginación de http://en.wikipedia.org/wiki/Palmer_Cox, un ilustrador canadiense, autor de tiras cómicas y libros humorísticos, muy famosos en los tiempos en los que la cámara se puso a la venta.
En la publicidad que en la época se hizo del producto aparecían esos personajillos, quizás porque entonces el poder hacer fotos tan fácilmente como con una brownie parecía cosa de duendes.